Leche entera sí o no.


A menudo surgen dudas en cuanto a qué tipo de leche elegir, y aunque está en auge el consumo de leches vegetales, sigue siendo mayoritario el consumo de leche de vaca en nuestro país.

Pero, ¿Sabemos cuál de sus tipos nos beneficia más? La respuesta es que no, no siempre lo tenemos claro. Existe el mito de que la leche entera de vaca engorda, o que su consumo en líneas generales no es bueno para nuestra salud o, por el contrario, que es imprescindible en nuestra dieta.

La grasa de los productos lácteos es compleja en su composición y no debe ser tenida en cuenta de forma aislada, sino en el conjunto de la matriz láctea. La grasa láctea tiene importantes funciones biológicas como, por ejemplo, el aporte de vitaminas liposolubles, como son la A, D, E y K.

En el caso de la leche desnatada, al tener menos grasa, estas vitaminas liposolubles se encuentran en menor proporción, pero siguiendo una dieta variada y equilibrada es fácil incorporarlas en la cantidad necesaria. Así, por ejemplo, la vitamina A la podemos encontrar en los huevos o las zanahorias, la vitamina D en el pescado como el atún o las sardinas, la vitamina E en aceites vegetales como el de oliva o girasol o en los frutos secos y, la vitamina K en las espinacas o el brócoli.

En la población adulta, las recomendaciones actuales parecen ir encaminadas al consumo de lácteos bajos en grasa, especialmente en personas con sobrepeso, obesidad o problemas cardiovasculares .Sin embargo, hay evidencia que propone la revisión de estas recomendaciones basándose en los beneficios que aporta la grasa láctea.

En la población infantil, los niños a partir de los 12 meses de edad ya pueden consumir leche de vaca, y se recomienda que sea entera. En esta etapa, los niños requieren unas necesidades energéticas elevadas por su continuo desarrollo. Además, la grasa de la leche les aporta las vitaminas A y D, siendo de especial importancia esta última ya que contribuye a la absorción y utilización normal del calcio y el fósforo y al mantenimiento de los huesos y dientes en condiciones normales.

En resumen, si te gusta la leche y haces un consumo moderado de ella, no hay ningún problema en que sea entera, pues a pesar de contener grasas saturadas en su composición, los beneficios que nos aporta son mucho mayores. 







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